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Paternalismo, participación y protagonismo infantil (Parte 2)

Por Manfred Liebel

Elementos propiciadores del protagonismo infantil

Cuando hablé de condiciones básicas del protagonismo infantil no quería decir que éste fuera un resultado automático de dichas condiciones. Para que se manifieste necesita otros elementos que podemos considerar como propiciadores, cuyas características son el poder influir en los hechos de manera más fácil y rápida.

En particular pienso en la gran importancia que tienen los espacios sociales en los que el niño puede comunicarse y expresarse libremente. Los adultos que se comprometan a trabajar en esta realidad podrán hacer una gran contribución para que los niños tengan espacios propios. Este aporte a la manifestación y desarrollo del protagonismo infantil será mayor si los adultos se organizan para crear mejores condiciones de comunicación y expresión entre los niños.

En el surgimiento de los movimientos de NATs jugaron un papel importantísimo, por ejemplo, los movimientos de educadores solidarios con los derechos de los niños o las organizaciones juveniles que luchaban por alternativas de vida y cultura para los niños en los barrios populares. Los movimientos sociales de pobladores, de mujeres, comités para la defensa de los derechos humanos, también han contribuido y pueden seguir contribuyendo para que cambie la situación social en la perspectiva de tratar a los niños con un mayor respeto. Hay proyectos educativos que también ofrecen un espacio importante para los niños, donde se sienten escuchados y apoyados en sus deseos e intentos para lograr una mayor participación.

Sin embargo, hay que reconocer que hasta ahora son relativamente pocos los adultos y educadores que están profundamente convencidos del protagonismo infantil. Muchos de ellos están muy interesados en comprometerse con la defensa de los derechos de los niños pero tienen poco conocimiento o muchas dudas sobre el sentido, posibilidades y manifestaciones del protagonismo infantil. A veces se asustan cuando los niños empiezan a moverse y organizarse; no saben y no pueden imaginar cómo definir su propio papel en estos procesos.

El debate entre educadores y otros adultos interesados en el protagonismo infantil ganó más interés en los últimos años en casi todos los países de América Latina. Pero creo que todavía estamos en un nivel preliminar ya que aún hay poca claridad sobre lo que significa el protagonismo infantil, sobre todo en nuestro trabajo diario como educadores o colaboradores de los niños.

En varias instituciones, por ejemplo, se considera al protagonismo infantil como una metodología o técnica del trabajo educativo. Se ofrecen a los niños espacios de participación con el objetivo principal de lograr su confianza e integrar, motivar y movilizarlos para realizar ciertas actividades ya predefinidas por los adultos. Se conforman grupos de niños promotores y los capacitan sin dar importancia a las experiencias e ideas que tienen y sin preguntar lo que los conmueve en su vida cotidiana y constituye su identidad, individualmente y como grupo social.

Hay algunos aspectos del protagonismo infantil que hasta ahora no se han abordado. Pienso, por ejemplo, en la cuestión del protagonismo infantil de los más pequeños. Casi siempre nos referimos a los adolescentes, pero hay que preguntarse en qué sentido y en qué forma los niños más chiquitos actúan y pueden actuar como protagonistas, así como la manera en que pueden promover su articulación y su organización.

Otro aspecto muy poco discutido es el protagonismo infantil de las niñas. Sabemos que hay niñas que son líderes en los movimientos de NATs, sabemos que hay esfuerzos para garantizar la igualdad de derechos y oportunidades entre niños y niñas. Varios movimientos practican una cuota de 50/50, y eso resulta para niños y niñas como lo más normal del mundo. Pero no se puede negar que haya muchas menos muchachas activas que muchachos. También falta profundizar en el tema sobre la manera en que se debe desarrollar el protagonismo de las niñas y sobre la manera en que se puede promover. Hay que tomar en cuenta que las niñas por sus condiciones de vida, sus mundos de socialización y educación, son mucho más tímidas y están menos preparadas para jugar un papel público. En Nicaragua tuvimos por años un ejemplo interesante: el periodismo. Nunca se logró que entre los corresponsales activos de la revista del movimiento (“Hechos Reales y Fantasías”) hubiera la misma cantidad de mujeres que de varones. Pero las mujeres que fueron activas, realizaron sus tareas con mucha más responsabilidad y creatividad que la mayoría de los varones. ¿Cómo explicar eso y cómo lograr la participación de más muchachas?

Otros aspectos del protagonismo infantil que merecen más atención son las diferencias entre los niños y las niñas de la ciudad con los del campo y la influencia específica de diferentes culturas, por ejemplo, las culturas indígenas y negras. Hay que preguntarse ¿Qué modos de socialización infantil hay en estas culturas? ¿De qué manera se involucran el niño y la niña en las responsabilidades de las familias?, ¿Qué valor se le da al niño como sujeto? Hasta ahora hay muy pocos niños de los sectores rurales e indígenas en los movimientos. ¿Cómo explicar eso y cómo cambiarlo? Estas son algunas preguntas que hay que profundizar si se quiere lograr más representatividad en los movimientos y que ellos ganen más influencia como fuerza social en la sociedad.

Niveles de protagonismo infantil

El protagonismo infantil siempre está en proceso de desarrollo, y siempre puede alcanzar mayores niveles. A continuación intento esbozar algunos criterios para identificar los diferentes niveles del protagonismo infantil. Como criterios del desarrollo del protagonismo infantil me parecen importantes los siguientes: La participación, la representatividad, la proyección, la solidaridad, la identidad, la autonomía y la continuidad.

Participación significa que los niñxs:

• Tienen voz, son escuchados y se toma en cuenta lo que opinan y proponen;

• Tienen oportunidades de influir en la toma de decisiones y asumir responsabilidades;

• Eligen, critican y sustituyen a sus líderes con base en criterios autodefinidos;

• Reclaman activamente sus derechos, lo que significa, no solamente tener una estructura democrática formal dentro de sus grupos y organizaciones, sino una cultura de participación.

Representatividad significa que:

• La organización infantil reúne verdaderamente a los niños en nombre de quienes actúa;

• Los movimientos de niños trabajadores no se reducen a los niños y adolescentes más visibles y más atendidos (como los niños que trabajan en la calle y otros lugares públicos), sino que incluyen también a niños que trabajan en casas, talleres, minas, el campo y otros lugares;

• No dominan los varones o los adolescentes, sino que están presentes y participando de la misma manera tanto las mujeres como los más pequeños;

• No solamente se refieren a algunos amigos, sino que tienen conciencia de todos los niños y adolescentes como colectivo con intereses comunes.

Proyección significa que:

• Definen colectivamente su posición en la sociedad;

• Tienen claridad y consenso sobre lo que quieren lograr en

conjunto y articulan propuestas y alternativas;

• Tienen idea de cómo quieren lograr sus objetivos, es decir desarrollan una reflexión estratégica;

• Tienen capacidad de intervenir;

• Demuestran solidaridad con los que no están en su organización.

Solidaridad significa que:

• Entre los niños y las niñas existen relaciones de respeto mutuo y la disposición de escuchar y no pelear por cualquier cosa;

• Existe una cultura de convivencia, con costumbres, juegos, dinámicas, canciones, etc. que crean un ambiente de amistad, alegría y comunidad.

Identidad significa que:

• Los niños y las niñas se identifican como personas con intereses y derechos propios;

• Tienen una idea de cuales son sus intereses comunes y “quienes somos en conjunto”;

• Se identifican en conjunto como sujetos económicos y sociales que contribuyen al desarrollo de su comunidad y país;

• Autoevalúan críticamente sus actividades y el papel de cada uno y definen el perfil propio de su organización infantil;

Autonomía significa que:

• Los niños pueden opinar y asociarse libremente sin intervención restrictiva o manipulada por adultos o instituciones;

• Los niños se organizan con estructuras propias, dirigidas por ellos mismos:

• La organización infantil no depende de partidos, instituciones o ideologías organizadas;

• Las manifestaciones y decisiones de la organización infantil son resultado de procesos internos donde los niños tienen la última palabra.

Continuidad significa que:

• Los niños logran de manera organizada superar el límite que deriva de las características de la infancia como etapa limitada a algunos años. “El movimiento infantil siempre empieza de nuevo.” (Miguel Parrilla, Bolivia);

• El movimiento infantil crea prácticas, estructuras y reglamentos que garantizan la renovación permanente del liderazgo, por ejemplo, definiendo una edad máxima para ser electos o capacitando nuevos líderes más jóvenes;

• Otra forma para garantizar la continuidad es la formación de “grupos de apoyo” o de “asociaciones” de jóvenes que fueron líderes infantiles del movimiento, que ahora actúan como promotores.

Los colaboradores adultos normalmente juegan un papel importante para la continuidad de la organización infantil porque ellos “se quedan”, mientras los niños dejan de ser niños. Pero si los niños mismos como sujetos principales de la organización infantil, no tienen oportunidad de establecer mecanismos de continuidad, la organización pierde finalmente su autonomía y otras características esenciales de un verdadero movimiento infantil.

Conclusión

El protagonismo infantil, como lo concebí en este texto, se puede entender como una respuesta al paternalismo en todas sus manifestaciones. Exige una sociedad que amplíe las posibilidades de los niños a participar no sólo en “asuntos infantiles”, sino en todos los asuntos de la sociedad, en otras palabras, que reconozca a los niños como ciudadanos (véase Cussiánovich 2005). El protagonismo infantil, ni excluye el protagonismo de otros sujetos, ni está dirigido contra los adultos. Al contrario, llama a la colaboración solidaria de los adultos y a su propio protagonismo.

Con la presentación de las condiciones propiciadoras y criterios del protagonismo infantil no pretendo establecer normas para decir que aquí el protagonismo infantil puede surgir y acá no, ó aquí existe y acá no existe. El protagonismo infantil siempre existe en gérmenes, formas y niveles específicos, se puede descubrirlo si se escucha y observa la vida y la praxis cotidiana de los niños y las niñas. La tarea de los educadores es apoyar y promover el protagonismo infantil para que logre mayores niveles. Las explicaciones de las condiciones, propiciadores y criterios pueden servir para reflexionar sobre las experiencias particulares en cada uno de los países y dar una orientación adecuada a las intervenciones.

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