Cabildos y asambleas de la niñez, primer paso para la movilización por sus derechos
Por Eduardo López Carvajal. Sociólogo, Coordinador La Otra Educación.
En plena revuelta social de octubre se desato un proceso espontaneo de conectividad, reflexión y acción colectiva que fue multiplicándose por todo el país en formato de asambleas, cabildos y encuentros auto convocados. Más allá de cualquier intento de aventurarnos por saber cuál será el destino de estos espacios, creemos que hoy ya han logrado ser significativos para el movimiento social, permitiendo la reconstrucción de tejido social asociativo desde la definición de las demandas más urgentes y sentidas ante la crisis del modelo. Desde la niñez popular esta explosión de energías ha tenido una fuerte respuesta en sus diversos contextos, abriendo un proceso inédito de convocatorias desde los barrios, comunidades educativas y diversos espacios en los que han podido participar niños, niñas y adolescentes para exigir sus derechos.
De la misma manera en que miles de personas adultas pudieron abrir diálogos deliberativos, la niñez de los barrios en los últimos meses ha tenido su propio proceso de jornadas y encuentros, en los cuales se ha podido comprender y visualizar con fuerza el rol político que pueden tener niños, niñas y adolescentes en los temas que les atañen directamente como sujetos de derecho. Las asambleas de la niñez han servido además como lugares de encuentro que, bajo lógicas horizontales de participación, han logrado excluir las prácticas adultistas, fortaleciendo la construcción de un nuevo imaginario impulsado desde el protagonismo infanto-juvenil.
Para quienes nos organizamos y trabajamos con la niñez en diversos contextos, se nos hace urgente preguntarnos, en primer lugar, por el rol co-organizativo que tenemos en todo este proceso y en la formulación de estrategias que puedan relevar nuestras diversas capacidades comunes. En este sentido, es fundamental que sigamos apoyando la realización de nuevos encuentros y asambleas dentro de todo el país, asumiendo el desafío de sistematizar las opiniones que emerjan de cada convocatoria. Una de las campañas que ha estado en esta tarea es “La Niñez Decide su Futuro”, impulsada por la Red de Escuelas Libres de La Otra Educación, organización que, junto a otros espacios de educación formal e informal, han podido aunar en un documento las diversas miradas y demanda señaladas por cientos de niños, niñas y adolescentes. Son muchas las iniciativas que como esta, están desde octubre (y desde antes) sacando en limpio sus propios diagnósticos frente a la profunda crisis económica y social.
En segundo lugar, existe la necesidad urgente de articularnos bajo un plan de acción y movilización que agrupe a la más amplia diversidad de organizaciones, movimientos, corporaciones, fundaciones, Escuelas Libres, educadores y actores sociales diversos, que tenga como horizonte común la lucha por los derechos de niños y niñas. Los próximos meses son decisivos para ir propiciando la unidad desde una coordinadora de la niñez que pueda movilizarse para levantar problemáticas y demandas que históricamente han sido ignoradas por las instituciones públicas.
Hoy tenemos el desafío de enfrentar a un Estado punitivo que se acostumbró a violar sistemáticamente los derechos humanos de las y los menores de edad. Así lo demuestra la represión desatada en las últimas protestas, que hasta el día de hoy deja un saldo de 300 niñas y niños heridos y más de 1.400 procesados según las cifras del INDH. Así lo demuestra la crisis institucional que arrastra el Sename hace décadas, violando los derechos de niños y niñas en la totalidad de sus centros residenciales. O los más de 350 mil menores que están excluidos del sistema escolar, que son parte de los y las miles que viven en situación crítica de pobreza y exclusión social. Ya no podemos seguir esperando, hoy la alerta la pone la niñez vulnerada.